Ing. Jorge Glas

Jorge Glas, exvicepresidente de Ecuador (2013-2018) impulsó el cambio de la matriz productiva de su país, principalmente a través de la diversificación económica y productiva, para lograr una mayor sostenibilidad, redistribución y la inserción estratégica y soberana del país en el mundo. Glas lideró la recuperación de la rectoría del Estado sobre el conjunto de sectores estratégicos y recursos, que incluye hidrocarburos, agua, fuentes energéticas y otros.

En esa línea, fue partícipe de la renegociación de los contratos hidrocarburíferos con las transnacionales, con lo que el Estado recuperó su soberanía sobre el petróleo, con el consecuente incremento de ingresos para la redistribución social y el desarrollo de infraestructuras que transformaron al país. Asimismo, bajo su gestión se registraron inéditos avances hacia la soberanía de las telecomunicaciones, ampliando la conectividad digital con medidas inclusivas, a la vez que apuntó hacia la autosuficiencia energética, entre otros con la ejecución simultánea de 12 proyectos estatales de generación eléctrica.

En sentido contrario a la perspectiva neoliberal de privatizaciones, el foco central de estos cambios fue la gestión desde lo público y la redistribución, lo que explica en buena parte el “conflicto de intereses” que sustenta el acoso perpetrado por actores corporativos y grupos de interés, que han desplegado desde 2017 uno de los más crudos operativos de persecución política, judicial y comunicacional, para mantener a Jorge Glas en cautiverio e inhibir la viabilidad del proyecto de la Revolución Ciudadana del cual es parte.

Persecución

La persecución contra Jorge Glas comenzó durante el gobierno de Lenin Moreno (2017-2021) y continuó bajo las administraciones de Guillermo Lasso (2021-2023) y Daniel Noboa (2023-2025). Su carrera política dio un giro en 2017 al ser acusado de corrupción, involucrándolo en el caso Odebrecht, con argumentos ulteriormente desestimados por el propio incriminador. Todas las acusaciones han estado marcadas por irregularidades y manipulaciones, además de una total opacidad que hace que las sentencias en los procesos Odebrecht, Sobornos, Singue y Reconstrucción, revelan un claro patrón de incidencia de motivos políticos.

En ese marco, luego de un análisis exhaustivo de las sucesivas acusaciones insubsistentes, encarcelamientos y vulneraciones de sus derechos, México otorgó a Glas el asilo político el 4 de abril 2024, mientras beneficiaba ya de asilo diplomático, como huésped en su Embajada en Quito, en conformidad con la Convención de Caracas sobre Asilo Diplomático.

Pero la noche del 5 de abril de 2024, el mundo entero fue testigo del violento secuestro del exvicepresidente, consumado a través de un atentado al derecho internacional sin precedentes en América Latina y el Caribe: el asalto armado de la Embajada de México en Quito, ordenado por el presidente de Ecuador, Daniel Noboa.

Así, Glas fue secuestrado, sometido a torturas y encarcelado en la prisión de máxima seguridad 'La Roca', bajo condiciones de detención que vulneran sus derechos humanos y que, tal como documentan informes especializados, han provocado tal magnitud de afectaciones a su salud física y psicológica, que hasta su propia vida está en peligro.

No obstante, con sustentos claramente políticos, los tribunales ecuatorianos calificaron ese secuestro como legal, legítimo y no arbitrario. Esto muestra a qué punto las posibilidades de que Jorge Glas encuentre justicia en los tribunales nacionales son prácticamente nulas, toda vez su defensa ha agotado todas las instancias que podrían revertir esta situación. En este contexto, la defensa internacional presenterá un pedido Contencioso ante el Sistema Interamericano para abordar el secuestro, buscando justicia y reparación integral frente a las violaciones sistemáticas a sus derechos humanos.

El Gobierno de México, dando seguimiento al asilo político otorgado, ha solicitado al Gobierno ecuatoriano el salvoconducto para que el exvicepresidente en cautiverio pueda trasladarse a México en consonancia con la legislación humanitaria, así como su pronta excarcelación para que su salud pueda ser atendida.

Por nuestra parte, como Comité Internacional por la Libertad de Jorge Glas, demandamos su libertad inmediata e irrestricta y el cese del operativo de lawfare que afecta al Movimiento Revolución Ciudadana, a su líder Rafael Correa, a Ecuador y a su institucionalidad democrática.

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